
- 3 Cebollas blancas ( son más dulce)
- 2 Cucharadas de mantequilla
- 1 Cucharada de aceite
- 2 Cucharadas de vino blanco
- Queso rallado
- Unas rebanaditas de pan tostada
- 1/2 litro de caldo
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Ponemos una cazuela al fuego con la mantequilla y el aceite y doramos las tres cebollas picadas en juliana y a fuego lento.
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Cuando empieza a tomar color le echamos las cucharaditas de vino, dejamos evaporar un poco y seguidamente vertemos el caldo y una cucharadita de queso rallado.
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Tapamos y dejamos cocer unos 15 minutos. Apartamos y servimos en cuencos que puedan ir al horno. Ponemos las rebanaditas de pan tostado, cubrimos con abundante queso rallado y gratinamos 5 minutos en el horno.
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Servimos enseguida.
Esta receta tan popular hoy día, según parece viene del tiempo de Luis XIV.
Empezó siendo una sopa sencilla de pueblo por su coste barato, ya que casi todos cultivaban la cebolla.Es una sopa muy popular en las casas francesas y de ser un plato de pueblo a pasado a formar parte de la carta de buenos restaurantes.